¿Qué es un colectivo de arte?
Los colectivos de arte han tenido un rol importante desde medidados del siglo XX en gran parte por las dinámicas de colaboración que adoptan y que contrastan con los procesos dominantes del sistema del arte. ¿Pero qué define a los colectivos más allá de la asociación en grupo?
Uno de los principales antecedentes de los colectivos de arte fue la propuesta de los movimientos vanguardistas que agrupaban a una serie de artistas bajo una misma ideología, filosofía o postura artística, política y social. Los artistas del Dadá o del Futurismo, por ejemplo, compartían el interés ya sea por destruir toda noción de arte preconcebida o por expresar la rápidez y violencia del movimiento y la guerra, respectivamente. Si bien los artistas adheridos a dichos movimientos producían obras bajo los estatutos de su grupo, los movimientos vanguardistas difieren de los colectivos de arte por su economía del trabajo. Las vanguardias del siglo XX, aunque buscaban posicionarse contra los canones académicos del arte, aún concebían el proceso artístico como un trabajo individual. EL ARTISTA como único productor siguió teniendo un papel preponderante al menos hasta que la influencia del dadaísmo hizo eco en movimientos como la Internacional Situacionista, Fluxus y CoBrA.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los estragos a nivel humano y económico en Europa impactaron de forma importante el quehacer de los artistas. Fue hacia la década de 1950 que grupos como CoBrA comenzaron a reunirse bajo una dinámica de colaboración hacia frente al contexto social y político de la época.
Desde entonces, los colectivos de arte se distancian de los movimiento artísticos por tres razones fundamentales: el desapego con la autoría individual, la economía plural y la persecución de un fin político y/o artístico. De acuerdo con el historiador del arte Alan W. Moore, «En la historia del arte, los colectivos han surgido cuando se necesitan. Los artistas se asocian continuamente como parte de su trabajo, y los grupos se forman en respuesta a condiciones particulares, cuando se necesita hacer algo. Los artistas han utilizado durante mucho tiempo sus grupos para obtener cierta influencia en los mundos del arte dominados por agentes que dirigen las instituciones y los mercados para los pratonos y coleccionistas. Los artistas se organizan para mejorar las situaciones difíciles, especialmente en torno a la exposición, para hacer llegar su arte al público.»
Como lo menciona Moore en su texto «General Introduction to Collectivity in Art«, más que una necesidad de orden artístico, lo que lleva a los artistas a crear bajo la colectividad es un posicionamiento político frente a la economía dominante del arte. Por un lado, la producción en conjunto bajo la cual se crean obras sin un autor en específico (aun cuando son firmadas por el nombre del grupo) atenta directamente contra la noción convencional de la autoría que, en términos de capital simbólico y comercial, ha buscado proteger la idea del «artista como genio». Este tipo de trabajo, además, también ha desplazado la producción material hacia la creación de procesos. Si bien los colectivos de arte sí generan objetos artísticos, el papel de los procesos en conjunto —en el que intervienen más de uno y/o todos los miembros del colectivo— cobra un papel fundamente como parte de la obra misma.(Aquí es importante resaltar que existe una diferencia entre el trabajo colaborativo, en el que dos artistas subrayan su autoria en un mismo proyecto, y el trabajo colectivo).
Por otro lado, los colectivos se organizan generalmente frente a un contexto de producción laboral artística precaria, principalmente cuando los medios de producción se encuentran, como apunta Moore, englobados en las economías de las grandes instituciones artísticas (llámese museos o galerías). De esta manera, los colectivos funcionan bajo una economía horizontal y cooperativa a fin de generar recurso tanto para la producción de sus proyectos como para la exposición de los mismos.
La afinidad artística y política es otra de las bases que hace posible el trabajo en colectivo. Dentro de los colectivos de arte, sus miembros no solo comparten un horizonte de pensamiento, sino que sus ideologías y/o filosofías los convoca para atender a un propósito u objetivo a través de sus proyectos artísticos. Manifestar sus formas de pensamiento de manera colectiva, así como sucede en las organizaciones civiles de cualquier sociedad, supone enunciar y posicionarse desde la voz y la acción común. Es decir, su trabajo artístico habla y actúa no solamente desde las individualidades o colectividades como agentes del arte, sino como agentes y miembros de una sociedad.
Cuando un colectivo de arte asume una postura política, generalmente busca generar tensión y ruido frente a problemáticas como la igualdad de género, los derechos de las mujeres, los derechos de los trabajadores, el cambio climático, los derechos de los animales, la precarización de la cultura, la crítica institucional, entre otros.
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