¿Qué es el valor del arte?
¿Qué es lo que define el valor del arte? O ¿Cómo se establece el valor de arte? Parece que no hay preguntas más subjetivas y ambiguas que las que aquí se plantean. Siglos de historia del arte respaldan la diversidad teórica, estética, económica y emocional que hay detrás de esta pregunta. ¿Podríamos llegar a un consenso?
Hablar del valor del arte implica pensar en una serie de cuestiones que incluso van más allá de la obra de arte. Como todo objeto cultural, el arte no tiene un valor por sí mismo, sino por los símbolos o agencias que le atribuímos. Habría también que considerar que el arte es parte de una institución de la que forman parte los museos, los mercados y las academias. Si los nombramos en plurar es justamente porque no hay un conseso establecido sobre lo que cada institución pueda definir como la valoración que tiene una obra artística.
Sin embargo, más allá de contestar concretamente el valor que tiene la práctica artísctica, hay que definir que, independientemente de la subjetividad que atañe a cada obra o experiencia, existen aspectos que determinan por qué una obra tiene un valor. El valor, cabe resaltar, no es único. El valor puede estar determinado por el precio que le determina el mercado, por la visibilidad que le da la institución (l museo, galería o espacio independiente) y por la valoración teórica de acuerda a las potencias críticas, estéticas, culturales o sociales que una obra de arte pueda tener.
Sin duda, es importante diferenciar que, a pesar de que se hable del arte como un ente hegemónico y global, no se puede determinar su valoración sino por las especificidades que le atañen a cada obra de acuerdo a sus sentido.
Entonces, ¿si hablamos de valor del arte de qué hablamos? De las connotaciones simbólicas, pero también de las consideraciones sociales, culturales, sociales, económicas e incluso políticas.