Fotografía científica: Webb y la imagen más profunda del universo
Hoy internet está plagado de las imágenes que ha tomado el telescopio James Webb, el mayor observatorio espacial de la historia, que fue lanzado para iniciar operaciones el 11 de enero pasado. Las tomas que ha realizado nos permiten ver lo extraordinario y desconocido del universo, pero ¿cómo podemos pensar este fenómeno científico desde la filosofía de las imágenes?
En 1910 la revista The Century Magazine publicó las primeras fotografías infrarrojas producidas por el físico Robert W. Wood, considerado como el padre de está técnica así como de la fotografía ultravioleta. Desde luego, el descubrimiento pronto comenzó a popularizarse tanto en términos artísticos como científicos. A poco más de un siglo del descubrimiento que ha permitido capturar todo aquello en el espectro de luz que es invisible para el ojo humano, el telescopio espacial James Webb de la NASA ha producido la imagen infrarroja más profunda y nítida del universo lejano hasta la fecha.
A la NASA y a las agencias ESA, CSA y STScI les tomó cerca de tres décadas y un presupuesto de 9,000 millones de euros construir un dispositivo óptico cuyo principal objetivo es ver cómo nació la luz en el universo. Si por más de un siglo la fotografía ha sido capaz de capturar técnicamente todo aquello que es visible y no visible (infrarrojo) para el ojo humano, ahora somos testigos de conocer lo que está totalmente fuera de nuestros alcance. Dado que casi un 90 % de la materia que compone el universo no puede apreciarse en el espectro lumínico que captan nuestros ojos, el Webb ha sido capaz de mostrar imágenes infrarrojas a una profundidad del universo que hasta ahora era difícil imaginar.
La fotografía muestra un cúmulo de galaxias SMACS 0723 a 4.600 millones de años luz de la Tierra. Esta imagen, de acuerdo con Bill Nelson, administrador de la NASA, mira atrás de 13,000 millones de años en el universo. Es decir, lo que se nos presenta como un paisaje único extraordinario para nuestra mirada es realmente una imagen en la que subyace el movimiento en un espacio y un tiempo incomprensible para nuestra percepción temporal contemporánea. La cualidad estática que tan erroneamente se le ha atribuido a la fotografía es desechada en esta captura que da cuenta del poder de las imágenes de ver y decir. Aunque a primera vista no hay un movimiento, en su composición se esconde la historia del todo, una narrativa que podría desafiar por completo las nociones de tiempo, espacio y luz.
Si bien esta primera es la más profunda del universo, la NASA espera alcanzar una distancia de 13,700 millones de años para captar la luz de las primeras estrellas nacidas con el Big Bang, el estallido con el que nació el universo.
Otro de los aspectos más interesantes es el campo visual que se pone frente a la vista. Pensemos cómo por siglos nuestro pensamiento ha sido principalmente ocularcentrista, llegando incluso a pensar que lo que no se ve, no existe. Filósofos como Georges Didi-Huberman han argumentado que la percepción de las imáges es un evento que va más alla de lo que vemos como materia y que es en lo no visible de la imagen que se encuentra otras huellas y vestigios de la realidad, pues las imágenes no solo muestran o dan a conocer lo que vemos en un primer plano. ¿Qué es entonces lo que podríamos estar viendo con la imagen más profunda del universo? Es, quizá, el tiempo.
Además de la galaxia SMACS 0723, Webb mostró más imágenes:
– Nebulosa del Anillo del Sur: Una nube de gas que rodea a una estrella moribunda a 2,000 años luz de la Tierra.
– WASP-96B: Un planeta gigante a 1, 150 años luz de la Tierra.
-Quinteto de Stephan: Grupo de cinco galaxias unidas por fuerzas de gravedad.
-La Nebulosa de Carina: Una nebulosa a 7,600 millones de años luz de la Tierra, es considerada la más brillante y en su interior están muriendo y naciendo estrellas.
Toda las imágenes se pueden ver y explorar con mayor definición en el sitio web del telescopio Webb: webbtelescope.org/news/first-images