Valentina Díaz

Proyecto #3

Valentina Díaz

(Tucumán, 1985)

En el ejercicio de escribir, ¿emergió algo que descolocó tus propias certezas sobre la práctica o sobre ti mismx como artista? ¿Qué tipo de hallazgos o resistencias aparecieron en ese desplazamiento hacia la palabra?

En el desplazamiento hacia la palabra buscaba otros elementos que pudieran expandir el sentido de la obra sin explicarla. Ese es el mayor reto: no escribir sobre la obra, sino encontrar la manera de que el texto sea una parte más de ella, no su lengua sino un brazo.

¿El texto dialoga con los temas y preocupaciones de tu obra o inaugura un territorio que no habías explorado antes en tu práctica?

Desde hace un tiempo busco maneras de explicar procesos emocionales complejos a partir del análisis de formas geométricas. Este texto recorre la trayectoria de dos líneas —una vertical y una horizontal— que conforman un patrón de cuadros, para trazar las posibilidades de encuentro y desencuentro en una relación.

¿Qué impulso, necesidad o curiosidad dio origen a tu texto?

Cada pieza que construyo tiene la misión de sacarme del estado emocional en el que estoy y llevarme a otro lado. Yo creo que el arte tiene la capacidad de abrirle un agujero al lenguaje normativo que habitamos para conectar con nuestras propias emociones y, de esa manera, ayudarnos a atravesar situaciones en las que nos encontramos atrapadxs. No espero menos del arte.

¿Cómo se articula este texto dentro de tu práctica artística? ¿Lo entiendes como una prolongación conceptual de tu trabajo o como un espacio autónomo que se articula desde otra lógica?

Entiendo mi práctica artística como un proceso continuo: una escalera, una espiral. Cada pieza es un paso fundamental que conduce a la siguiente. No es un punto de llegada, sino el medio para la continuidad.

Si tu texto tuviera una traducción visual —una imagen, un movimiento, un objeto—, ¿cómo sería? 

¿Qué esperas que encuentre el lector en tu texto?

Un viaje mecánico que alterna entre un espacio configurado por elementos plásticos y textiles, y otro espacio latente, confuso y emocional.