América: Doce escrituras

La editorial Fomento Sybaris, bajo la edición y el cuidado de Regina De Con Cossío, presenta América (2025), su segunda publicación. La primera, De frente a lo que se oculta (2024), reunió el trabajo treinta y dos artistas en sus estudios, lo que permitió indagar en la creación procesual de las obras, así como en las transformaciones que experimentan antes de su exhibición.

América traza un recorrido por escrituras diversas y profundamente intuitivas. El libro reúne los relatos de doce artistas —provenientes de distintas latitudes y lenguas como Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Perú y Puerto Rico— que despliegan una literatura atravesada por visiones cósmicas, ficciones fantásticas, crónicas híbridas, plegarias, sueños, manifiestos y destellos apocalípticos. La publicación entrelaza las artes visuales con la palabra escrita, creando un espacio de experimentación donde ambos lenguajes coexisten y se expanden. En este territorio híbrido, la literatura se desplaza y se reconfigura al dialogar con otras prácticas, tensionando los límites disciplinarios y proponiendo nuevas modos de mirar.

En este marco, la publicación propone un acercamiento basado en el montaje literario, tal como lo plantea Walter Benjamin en El libro de los pasajes. Benjamin yuxtapone fragmentos (textos, observaciones, imágenes y citas) para producir conocimiento sin recurrir a narrativas lineales, configurando una cartografía en movimiento. En este sentido, la propuesta de América parece retomar este principio para articular una lectura abierta, donde todos los textos dialogan entre sí y generan sentidos inesperados. Así, el libro funciona como un espacio de deriva, donde el lector puede reconstruir su propia ruta y activar relaciones que amplían, complejizan o incluso contradicen las narrativas habituales sobre la región.

América es un libro compuesto por formatos diversos que, en conjunto, conforman una polifonía de voces, proponiendo un recorrido que va desde narraciones que exploran lo que significa habitar un territorio atravesado por la colonialidad, el sincretismo cultural y diversas formas de violencia, como Carta a mi abuela de Marilyn Boror y Coatlicue en cinco actos de Vir Andres Hera, hasta relatos ficcionales que cuestionan nuestra realidad y las jerarquías sociales que la estructuran, como Imago, de Carolina Fusilier y Picnic extraterrestre […], de Calderón & Piñeros.

A lo largo del libro, la voz y la palabra dejan de funcionar únicamente como herramientas narrativas y se convierten en rituales, plegarias o invocaciones. Desde dimensiones esotéricas hasta imaginarios tecnológicamente expandidos, estas escrituras buscan reactivar un vínculo extraviado con lo espiritual. Tal es el caso de No todo lo que rasga el silencio es voz […], de Diego Ventura Puac Coyoy, y Canalizando el afuera, de Luis Enrique Zela-Koort.

Hablar de América también es hablar de migración. La historia y la identidad del continente han sido moldeadas por desplazamientos constantes, forzados o elegidos, que atraviesan territorios, cuerpos y memorias. En este sentido, Distruktur presenta Time Exchanges, y Omar Castillo Alfaro, Existen mangos en el mar. Ambos textos abordan la memoria y la migración, considerando no solo sus dimensiones históricas y políticas, sino también las capas emocionales, afectivas y sensibles que estos procesos movilizan.

El libro propone además una transgresión de distintas prácticas artísticas, desbordando los límites entre géneros, lenguajes y disciplinas para abrir un espacio donde la escritura se expande. GbtDftFTA […], de ASMA entrelaza lo personal, lo privado y lo público en un cruce entre crónica de feria de arte y diario emocional, generando una mirada que oscila entre la observación aguda y una vulnerabilidad íntima.

En Argumento para una película imposible, de Daniel Monroy Cuevas, la expansión de los límites del cine —en sintonía con la tensión que el propio libro plantea respecto a la noción de literatura— se manifiesta a través de una indagación en torno a las posibilidades del espacio y del tiempo. El texto desplaza las convenciones narrativas y formales del medio para explorar cómo estas dimensiones pueden reconfigurarse y replantear la noción de lo cinematográfico.

Otro núcleo temático es la idea de cuerpo. En La dificultad de separar las líneas horizontales y verticales que forman un patrón de cuadros, de Valentina Díaz, la elaboración de un textil establece conexiones entre forma, sentimiento, sentidos y razón, acentuando la presencia humana implicada en el acto creativo. A su vez, en Observed, de Gabriela Salazar, lo corpóreo se entrelaza con el territorio-paisaje, vinculando lo exterior con lo interior.

En este tipo de montaje editorial, la continuidad se diluye y despliega una constelación donde cada narrativa se sostiene por sí misma, pero traza puntos de contacto inesperados con las demás. Tanto en lo formal como en lo narrativo, el gesto es el mismo: abrir espacio a la diversidad, propiciar resonancias y fricciones, y construir un campo compartido. En un territorio en el que cohabitan una inmensidad de culturas, idiomas, conocimientos y creencias —y donde tantas veces se ha intentado homogeneizar, simplificar o exotizar esa diversidad—, explorar la diferencia se vuelve un acto político y necesario. América se configura como un territorio en movimiento, una constelación de voces que encuentran su potencia en la diferencia. Más que una unidad, el libro propone un entretejido de experiencias, lenguajes y mundos posibles.Ivette Ortiz